Por supuesto, no quiero decir que debamos prescindir de las armas en esta profesión; pero hay que ser muy claro: el armamento será implementado en los operativos siempre y cuando un estudio serio y profesional señale que es necesario, y solamente si va en conjunto con otras medidas y estrategias que eviten la exposición de ejecutivo al riesgo.
El arma puede ser utilizada como un último recurso, pero jamás como el único, cosa que lamentablemente sucede con demasiada frecuencia. Solamente así podemos tener una profesión más segura tanto para los ejecutivos como para los protectores.


