Nuestra profesión está repleta de mitos, supersticiones y falsas creencias, tales como no usar el cinturón de seguridad porque vuelve lenta la reacción, usar el carro escolta siempre pegado atrás o considerar que el arma resuelve todos los problemas mágicamente, etc. Otro de estos mitos es el nunca meterse en un estacionamiento subterráneo porque los vehículos siempre deben permanecer sobre la calle para una evacuación rápida sin ser detenidos por las plumas de pago.
Es por esto que los incidentes en estos lugares ocurren con una muchísimo menor frecuencia que en “la costuras”.
Esta es la razón por la cual los especialistas procuran tener el vehículo lo más cerca posible del ejecutivo, dentro de las instalaciones, para una salida rápida sin que el ascenso genere la exposición hacia la calle. Al mismo tiempo, mientras permanece en la espera, no hay riesgo de que el vehículo sea inmovilizado por las autoridades de tránsito, lo que ocurre con frecuencia en la calle.
Por otro lado, el problema que pueden generar las plumas (muchas ya son automáticas y no implican un alto obligado) es mucho menor estando dentro de un vehículo blindado que la exposición que implica salir de pie a “la costura”. También, siendo realistas, es difícil creer que en un caso de vida o muerte el vehículo principal se va a detener a pagar el estacionamiento a la hora de realizar una evacuación de emergencia.
Así, vemos que se puede mantener el principio de tener los vehículos cerca del ejecutivo para una evacuación rápida sin la necesidad de mantenerlos en la calle, generando el enorme riesgo que implica “la costura”. ¿De qué le sirvió al empresario Martín Rodríguez tener el vehículo sobre la calle “listo para una salida rápida” cuando fue asesinado al pisar la avenida antes de poder subiese en este?
Ahora bien, es importante aclarar que en la protección ejecutiva no hay recetas de cocina ni reglas generales que se siguen siempre y en todos los casos. Antes de decidir si metemos o no el vehículo en un estacionamiento, se requiere realizar el proceso de revisión y el estudio previo que describí a detalle en el libro Protección Ejecutiva en el Siglo XXI: La Nueva Doctrina. En este breve artículo solo quise señalar un mito más, para hacer nuestra profesión más segura tanto para los protegidos como para los protectores.


